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Situada en el corazón de Europa, entre este y oeste, la República Checa es uno de los países más atractivos del viejo continente. La joya de la corona es sin duda su capital, Praga, la capital de Bohemia, una ciudad que no deja a nadie indiferente y que recuerda al escenario de un cuento de hadas. Siendo un país que se ha abierto recientemente al turismo, también cuenta con muchos otros rincones con encanto que explorar además de Praga, pueblecitos, castillos, monasterios y otros enclaves mágicos que ofrecen al visitante una experiencia auténtica e inolvidable. Pero no todo son majestuosos monumentos y bellos paisajes en este país, ya que la República Checa es también el país de la cerveza, la cual es considerada por muchos como la mejor del mundo y cuenta con muchas variedades, por lo que todo cervecero debería visitar la República Checa, y el que no lo sea, puede ser que se convierta en uno después de probar una Pilsner Urquell rubia o una Kozel oscura.